¿Quién fue Saul Alinsky?
Saul David Alinsky nació en Chicago en Enero de 1909, hijo de inmigrantes rusos-judíos, Benjamin y Sarah (Tannenbaum). Los padres de Saul se divorciaron cuando él tenía 13 años y él fue a vivir con su padre a Los Angeles.
Posteriormente, regresó a Chicago para estudiar y doctorarse en arqueología en 1930. Ganó una beca del Departamento de
Sociología para estudiar criminología y en 1931 fue a trabajar como sociólogo para la División de Investigación Juvenil en Illinois, en el Instituto de Criminología de la Prisión de Illinois.
Por esta época se casó con Helene Simon, con la que tuvo dos hijos. Esa, su primera mujer murió ahogada en un accidente en 1947. En 1936 Alinsky deja su puesto en las agencias estatales para co-fundar el Consejo de la Vecindad Back-of-the-Yards, que fue su primer intento de crear un grupo para la reforma ciudadana de la vecindad, una actividad que le dio a Alinsky la reputación de ser un reformador radical.
“Back-of-the-Yards era una comunidad irlandesa-católica del sudoeste de Chicago que se había venido deteriorando con los años. Alinsky organizó su vecindad por medio de las protestas presionando al consejo para obtener asistencia.
El consejo obtuvo un enorme éxito en estabilizar la vecindad Back of the Yards y en restaurar la moral de los residentes locales”.
Con este éxito a las espaldas, Alinsky funda (con fondos de la Marshall Field Foundation) la Fundación de las Áreas Industriales con él al frente como director ejecutivo, para llevar su método de reformas a otras vecindades urbanas en declive. Su método consistía en unir a ciudadanos ordinarios en torno a quejas y reclamaciones en su comunidad y a protestar de forma vigorosa e ininterrumpida.
En su primer libro, explica cómo los residentes de la comunidad pueden ser organizados de forma efectiva como activistas para emprender cualquier tipo de reforma. Para que os hagáis una idea del impacto que el pensamiento y la obra de Alinsky ha tenido en la educación e ideología de la clase política y la elite de Estados Unidos, basta decir que una enorme cantidad de organizadores políticos de asuntos sociales y trabajo en Estados Unidos vienen de la “Escuela Alinsky”. Miles de líderes sociales han atendidos estos cursos de formación.
Por mencionar sólo algunos de ellos, en la tesis doctoral de la ahora secretaria de Asuntos Exteriores de Estados Unidos, Hillary Clinton, que reconoce la influencia de Alinsky en su trabajo. En sus memorias Living History, H. Clinton escribe que Alinsky le ofreció un empleo tras su graduación del Wellesley College, aunque ella prefirió acudir a la Facultad de Leyes en Yale. El presidente Lyndon B. Johnson organizó la “guerra contra pobreza” y ofreció a Alinsky una beca para poner sus ideas en práctica.
En los años 60, fundó una vecindad (TWO) a la que el periodista Charles Silberman denominó como “el experimento social más significativo entre los negros americanos de la América de hoy en día”. A finales de los 60, Alinsky empezó a interesarse más por entrenar y formar a los ciudadanos de las clases medias en cómo organizarse para protestar contra el deterioro de las vecindades suburbanas y zonas marginales.
Organizó consejos de trabajadores blancos en Chicago, trabajadores del acero en Pittsburg, a los indios en Canadá y a los chicanos en el sudoeste. Es decir, era un especialista en fomentar la rebelión en todas las clases sociales.
En 1971 publica su obra más importante “Rules of Radicals” (Las Reglas de los Radicales) cuyo prólogo expresa claramente las líneas maestras de su estrategia para organizar los movimientos sociales.
Las Reglas Para Radicales de Saúl Alinsky
No debemos equivocarnos con Saúl Alinsky e interpretar las siguientes reglas como anti-sistema.
Estas reglas fueron concebidas para la mentalidad estadounidense de los votantes del Partido Demócrata en su lucha contra los conservadores.
Es decir, son reglas que no cuestionan el sistema, no luchan contra el sistema, la lucha se lleva a cabo dentro del sistema y va dirigida hacia otro grupo del sistema que ejerce un determinado poder.
El manual de Alinsky es el que han seguido las minorías en EEUU en las recientes luchas por el empoderamiento para estos movimientos sociales, por ello se suele decir que es el manual de lucha de los demócratas contra los republicanos, pero siempre tenemos que tener en cuenta que estamos hablando de la izquierda y la derecha bajo la definición que el ciudadano de EEUU tiene en mente sobre estos conceptos.
Regla 1:
“El poder no es sólo lo que tienes, también lo que el enemigo piensa que tienes.”
El poder se deriva de dos fuentes principales – el dinero y personas.
Los “pobres” deben construir el poder de la carne y la sangre.
(Estas son dos cosas de las que hay un suministro abundante. El gobierno y los consorcios tienen siempre un momento difícil para apelar a la gente, y por lo general lo hacen casi exclusivamente con argumentos económicos.)
Regla 2:
“Nunca vayas fuera de la pericia de tu gente”
Eso resulta en confusión, miedo y retirada. Sentirse seguro se suma a la columna vertebral de cualquier persona.
(Las organizaciones atacadas se preguntan por qué los radicales no se ocupan de las cuestiones “reales”. Esto es porque evitan las cosas de las que no tienen conocimiento.)
Regla 3:
“Siempre que sea posible, ve fuera de la pericia de tu enemigo.”
Busca formas de aumentar la inseguridad, la ansiedad y la incertidumbre.
(Esto sucede todo el tiempo. Mira el número de organizaciones bajo ataque que tienen su lado ciego hacia argumentos aparentemente irrelevantes que luego son obligadas a abordar.)
Regla 4:
“Hacer que el enemigo viva bajo su propio libro de reglas.”
Si la regla es que todas las cartas obtienen una respuesta, envia 30.000 cartas. Puedes matarles con esto, porque nadie puede obedecer a la totalidad de sus propias reglas.
(Esta es una regla seria. La propia credibilidad y la reputación de la entidad sitiada está en juego, ya que si los activistas la atrapan mintiendo o no cumpliendo con sus compromisos, pueden seguir socavando los daños.)
Regla 5:
“El ridículo es el arma más potente del hombre.”
No hay defensa. Es irracional. Es indignante. También funciona como un punto de presión clave para obligar al enemigo a hacer concesiones.
(Bastante crudo, grosero y malo, ¿eh? Quieren crear la ira y el miedo.)
Regla 6:
“Una buena táctica es aquella en la que tu gente disfruta.”
Van a seguir haciendolo sin instarlos y volverán a hacer más. Ellos están haciendo lo suyo, e incluso sugerirán mejores.
(Los militantes radicales, en este sentido, no son diferentes que cualquier otro ser humano. Evitamos todas las actividades de “sin diversión”, pero nos deleitamos y disfrutamos de las que funcionan y traen resultados.)
Regla 7:
” Una táctica que se prolonga demasiado en el tiempo, se convierte en un lastre”
No te conviertas en noticia vieja.
(Incluso los activistas radicales se aburren. Así que para mantenerlos entusiasmados e involucrados, los organizadores vienen constantemente con nuevas tácticas.)
Regla 8:
“Mantén la presión con diferentes tácticas. Nunca cedas.“
Mantente probando cosas nuevas para mantener la oposición fuera de balance. Cuando la oposición domina uno de los enfoques, golpéalos desde el flanco con algo nuevo.
(Ataque, ataque, ataque de todos los lados, nunca darle a la organización que se tambalea la oportunidad de descansar, reagruparse, recuperarse y volver a una estrategia.)
Regla 9:
” La amenaza es usualmente más aterradora que la cosa en sí”
La imaginación y el ego se inventan muchas más consecuencias que cualquier activista.
(La percepción es la realidad. Las grandes organizaciones siempre preparan el peor de los casos, algo que puede estar más lejos de las mentes de los activistas. El resultado es que la organización va a gastar mucho tiempo y energía, creando en su propia mente colectiva la peor de las conclusiones. Las posibilidades pueden envenenar fácilmente la mente y resultar en la desmoralización).
Regla 10:
“Si empujas lo negativo suficientemente fuerte, empujarás a través de él y llegará a ser un punto positivo.”
La violencia del otro lado puede hacerte ganar al público a tu lado porque el público simpatiza con los de abajo.
(Los sindicatos utilizan esta táctica. Pacíficas [aunque] fuertes manifestaciones durante el apogeo de los sindicatos en el principio hasta mediados del siglo 20 incurrieron en ira de la gestión, a menudo en forma violenta que finalmente trajo la simpatía del público a su lado.)
Regla 11:
«La premisa mayor del uso de las tácticas es que deben desarrollarse en operaciones que mantengan una presión constante sobre la oposición.»
Regla 12:
”El precio de un ataque exitoso es una alternativa constructiva”
Nunca dejes que el enemigo gane puntos porque te pillan sin una solución al problema.
(Antiguo dicho: Si no eres parte de la solución, eres parte del problema. Las organizaciones activistas tienen una agenda, y su estrategia es mantener un lugar en la mesa, para que les den un foro para ejercer su poder. Por lo tanto, tienen que tener una solución de compromiso.)
Regla 13:
Elige la meta, congélala, personalizala, y polarizala, “Corta la red de apoyo y aisla el objetivo de la simpatía».
Ve detrás de las personas y no las instituciones; la gente se hiere más rápido que las instituciones.
(Esto es cruel, pero muy eficaz. La crítica directa y el ridículo personalizado funcionan.)
Saúl Alinsky escribió como prólogo de su obra “El organizador”
“Es el verdadero sentido por medio del cual el hombre puede alcanzar a crear, a ser un “gran creador” , jugar a ser Dios.”
Y Alinsky en su obra “Rules for Radicals” en el prólogo hace un tributo al que considera fue el primer “radical”, Lucifer.
En la 5ª página del libro escribe:
“Vamos a hacer un reconocimiento al menos al primer radical, de todas nuestras leyendas, mitología e historia (y quién sabe dónde empieza la historia y termina la mitología, o cual es cual), el primer radical que se rebeló contra el establishment y lo hizo de forma tan efectiva que él al menos ganó su propio reino, Lucifer”.
Compartido por Francis Y Takahashi en Aikido Academy USA
Traducción Carina
Datos sobre Saúl Alinsky tomados de Biblioteca Pléyades