Pocos se acuerdan que Lincoln era republicano y que, en la cámara de representantes, los abolicionistas de la esclavitud no eran, precisamente, los demócratas.
Creer que el partido demócrata representó siempre el “ala izquierda” del sistema político norteamericano es otra más de las mitologías gringas.
El Muro en la frontera existe desde 1994
El Muro que Donald Trump ha prometido construir en la frontera entre EEUU y México, en realidad ya existe. El tan mentado «muro» existe desde el año 1994 y opera como valla de seguridad para impedir la entrada de inmigrantes ilegales mexicanos hacia territorio estadounidense.
Actualmente, dicho muro está conformado por varios kilómetros de extensión en la frontera Tijuana-San Diego (California), aunque existe también en otros tramos de Arizona, Sonora, Nuevo México y Baja California.
El muro incluye:
- Tres barreras de contención
- Iluminación de muy alta intensidad
- Detectores de movimiento
- Sensores electrónicos
- Equipos con visión nocturna conectados a la policía fronteriza estadounidense
- Vigilancia permanente con camionetas todoterreno y helicópteros con artillería.
¿Qué Presidente de los EEUU encargó la construcción del Muro fronterizo entre Estados Unidos y México?
Dicha muralla fue mandada a construir por el marido de Hillary, Bill Clinton, en el marco de su programa de lucha contra la inmigración ilegal mexicana, conocido como Operación Guardián. Año 1994.
Al parecer, este pequeño detalle no cuenta para una desmemoriada prensa mundial que hoy se escandaliza ante las declaraciones -nefastas- realizadas por Donald Trump.
Y mucho menos cuentan los más de 10.000 mexicanos muertos intentando cruzar el muro por sus tramos más peligrosos.
¿Qué Premio Nobel de la Paz deportó siendo Presidente de Estados Unidos a más de 2,8 millones de inmigrantes?
Durante los 8 años que fue Presidente de EEUU, el gobierno de Barack Obama, expulsó a más de 2,8 millones de personas, medio millón más que la cantidad que expulsó George W. Bush y más de las que Estados Unidos formalmente deportó en toda su historia.
Efectivamente, y tras ocho años de mandato consecutivo, el premio Nobel de la Paz Obama expulsó a más de 2,8 millones de personas (con y sin antecedentes) de los Estados Unidos, un número cercano a los 3 millones que anuncia Donald Trump que va a deportar.
Este dato parece invisible para la prensa afín al terrorismo financiero y especulador occidental. No obstante, el diario El País lo reconoce mediante un ilustrativo gráfico:
2 Leyes anti-inmigrantes que cambiaron la legislación en materia de deportación en los Estados Unidos ¿Qué Presidente las aprobó?
Ambas fueron el resultado de la ola anti-inmigratoria que comenzó en California durante el año 1994.
La primera de ellas, conocida en Estados Unidos como AEDPA (Antiterrorism and Effective Death Penalty Act) es la famosa Ley Antiterrorista y la otra, denominada IIRAIRA (Illegal Immigration Reform and Immigrant Responsibility) es la Ley de Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante.
La cadena BBC afirma al respecto:
«La Ley Antiterrorista y Pena de Muerte Efectiva autoriza procesos acelerados de deportación [y] la otra legislación es la Ley de Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante. Con esta enmienda las personas deportadas no pueden volver a Estados Unidos durante tres años. Quienes lo hacen son encarcelados».
Y explica «ambas propuestas fueron aprobadas por el congreso estadounidense, entonces con mayoría del Partido Republicano. El expresidente Bill Clinton tuvo que promulgarlas».
¿Tuvo que…? ¿Es que acaso no le quedó más remedio al Presidente Demócrata Bill Clinton?
La investigadora venezolana Pilar Marrero no opina lo mismo. En efecto, Marrero escribió en el periódico La Opinión de Estados Unidos que
«La persecución criminal de inmigrantes indocumentados, en particular aquellos que regresan al país después de una deportación, aunque jamás hayan cometido delito alguno fuera de su estatus legal, es un efecto común de una ley que en 1996 fue aprobada por el Congreso federal en forma completamente bipartidista y con nutridos votos de ambos partidos. Bill Clinton, entonces presidente, la promulgó sin problemas».
Las nocivas consecuencias de las leyes de 1996 todavía perduran en el accionar anti-inmigratorio estadounidense y están relacionadas con:
- las deportaciones «rápidas» sin derecho a revisión judicial;
- la expansión de razones legales para deportar a un indocumentado e incluso a un residente legal;
- las prohibiciones de entrada por 10 años o para toda la vida por estadía ilegal, aunque dicha estancia fuese temporal;
- la ampliación de los delitos que excluyen a un inmigrante a ingresar de por vida a los Estados Unidos
- las nuevas cláusulas dificultan la legalización de los inmigrantes.