Los centros de planificación familiar tienen los días contados, su función se podrá cumplir perfectamente desde los despachos de las empresas de biotecnología.
Ya no será necesario el consentimiento y probablemente, en la mayoría de los casos, el conocimiento del paciente, perdón, del cliente, perdón, de la persona, perdón…… de la víctima en cuestión.
Ahora que ya sabemos que existe el método y ya ha sido testado sobradamente en ratones…. solo nos queda apelar a la buena voluntad y al amor por sus semejantes de hombres como Michael Taylor, Donald Rumsfeld, Dick Channey o el conocidísimo por su empatía con los más débiles, Henry Kissinger o el experto en geopolítica a 50 años vista, Zbigniew Brzezinski, autor de la conocida y sugerente frase:
«En tiempos pasados, era más fácil controlar a un millón de personas que matar físicamente a un millón de personas. Hoy es infinitamente más fácil matar a un millón de personas que controlar a un millón de personas».
¿será ya tarde para la raza humana? ¿puede estar extinta de facto? ¿hemos llegado tarde ya y nuestros nietos serán los últimos de la especie? ¿estamos a tiempo de actuar y merecer la supervivencia? o… tal vez no haya nada que hacer.
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