Disidencia Controlada

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Los de arriba NO quieren personas con criterio propio que argumentan y debatan porque son difíciles para manipular. Una buena estrategia sería infiltrar esos colectivos libres con gente que sabe argumentar y debatir, e ir minando desde dentro voluntades y entusiasmo de estos difíciles disidentes.

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Esa infiltración a veces, viene de líderes con carisma dentro del colectivo que tienen la plena confianza de sus compañer@s.

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El activista controlado da cursillos donde se le hace sentir que hace lo correcto y a la vez se le instruye sobre los pasos a dar y las técnicas que utilizará para no perder el control del colectivo, discretamente.

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Los compañer@s que argumentan y debaten se convierten en objetivo a eliminar. La credibilidad de dichos compañer@s deberá ser puesta en entredicho o anulada ante el resto. Sin argumentos ni pruebas son tildados publicamente como «dañinos, «falsos periodistas», «mentirosos», «anticiencia» y algún adjetivo más grave.

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De esta manera la gente se cansa de la lucha activa y se desvincula. No traga que usen contra ell@s la misma ley del embudo que usa el sistema y que denuncia el propio colectivo.